jueves, 24 de enero de 2008

Periodista afgano condenado a muerte por presuntas burlas al islam











*Sayed Perwiz Kambajsh fue juzgado sin abogado defensorAGENCIAS - Kabul



EL PAÍS - Internacional - 24-01-2008


La justicia afgana condenó el martes a la pena de muerte por blasfemia a un periodista que trabajaba en el diario local Jahan-e Now (Nuevo Mundo), según informó ayer el presidente del tribunal de la ciudad de Balkh, Shamsur Rahman, quien añadió que le había sido aplicada la ley islámica. Sayed Perwiz Kambajsh, de 23 años, fue detenido hace tres meses por las autoridades provinciales. Podrá recurrir la sentencia ante tres tribunales de apelación, según dijo Rahman, lo que la familia del condenado ya ha confirmado que hará. La detención de Kambajsh se produjo después de las quejas recibidas por parte de varios de sus compañeros de universidad por presuntas burlas al islam y al Corán y por publicar un artículo en el que afirmaba que el profeta Mahoma ignoró los derechos de las mujeres.La situación de Kambajsh ha sido denunciada por organizaciones de periodistas, que intentan presionar al Ejecutivo afgano para que le libere. "El Comité para la Protección de Periodistas está preocupado por el fracaso de su Gobierno para aprobar las propuestas reformas de medios de comunicación en un momento en el que la prensa afgana está siendo restringida", señaló la organización, mientras el presidente de la asociación afgana de periodistas independientes, Rahimullah Samandar, indicaba: "Hemos apelado a la comunidad internacional, en particular a las organizaciones de defensa de los periodistas y de la libertad de expresión, para que nos ayude a encontrar un abogado para defender a Kambajsh, porque nadie quiere hacerlo". Según él, las autoridades "están presionando a los periodistas afganos para que no escriban sobre el asunto".
El fiscal adjunto de Balkh, Hafizullah Jaligyar, amenazó el pasado lunes con detener a todos los periodistas que apoyen al condenado, afirmando que el joven había "confesado" sus crímenes.
En opinión de Sayed Yaqub Ibrahimi, hermano de Kambajsh, también periodista, el veredicto del tribunal de Balkh es "muy injusto". Pidió también ayuda a la comunidad internacional y aseguró que el juicio a su hermano se hizo a puerta cerrada y sin abogado defensor.
Dos periodistas que habían sido también condenados a muerte por haber insultado al islam consiguieron escapar de prisión hace varios años y pidieron asilo en Occidente.
Por su parte, la organización no gubernamental Reporteros sin Fronteras (RSF) pidió ayer al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, que "intervenga inmediatamente antes de que se haga algo irreparable", según un comunicado en el que también asegura: "Nos sentimos muy afectados por esa decisión [la condena], tomada precipitadamente y sin ninguna preocupación por la libertad de expresión, protegida por la Constitución. Sayed Perwiz Kambajsh no ha cometido ningún crimen", asegura RSF.



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miércoles, 23 de enero de 2008

Condiciones laborales de la prensa chiapaneca


Condiciones laborales de la prensa chiapaneca

Si hay una pata coja que tenemos en México pero en especial en Chiapas es el relacionado a las condiciones generales de trabajo del periodista, que incluye el salario, prestaciones, seguro social, etc.

El caso del colega Mario Alvarez nos desnuda a todos y recuerda que como sector laboral, la actividad periodística, que pertenece a una sociedad moderna y democrática, aún no tiene los resortes mínimos de legalidad que eviten dramas profundos y tan desgarradores casi comparados con la falta de acceso a la educación o la salud.

La vulnerabilidad laboral de nuestro sector ha sido propiciada y alentada históricamente por nosotros mismos y, por lo tanto, desatendido sistemáticamente por las autoridades en algo así como: “si a ellos no les ocupa, a mi menos”.

Algo ha pasado, muy hondo, íntimo y misterioso que nos ha autolimitado a discutir con los propietarios de los medios de comunicación las condiciones laborales y todo lo que ello implica que es igual a responsabilidades y obligaciones.

Históricamente ha existido una rara e incompresible complicidad entre propietarios y trabajadores de los medios para no alcanzar un acuerdo en el que priven mínimos derechos laborales.

Hemos aprendido a vivir, la mayoría, hay honrosas excepciones, con ese “gran papel” que se llama RECIBO DE HONORARIOS y que consideramos un pacto laboral y que en muchos casos ni eso existe, sólo el acuerdo verbal que al final poco nos sirve para denuncias legales.

No podemos nosotros mismos ocultar y soslayar el tema frente a quien sea porque al final seguiremos repitiendo historias como las de Mario o de muchos otros compañeros que cuando están graves de una enfermedad comenzamos a realizar colectas para que su muerte sea menos indigna.



Con seriedad y respeto, podemos y debemos construir un diálogo abierto y permanente entre propietarios y trabajadores que tienda a construir un marco legal y normativo en el que prevalezca la equidad y la justicia.

Se tiene que revisar a profundidad el tema de los salarios mínimos como nos lo anota y recuerda en su Blog el compañero Isaín Mandujano.

Y revisar algo muy profundo y sensible, ¿por qué el periodista chiapaneco no puede alcanzar la jubilación?

Si hay empresas de comunicación en Chiapas perfectamente consolidadas, ¿porqué no pueden haber trabajadores perfectamente consolidados?.

Es complejo emprender esfuerzos colectivos, solidarios y de cooperación pero de no iniciarlos en algún momento, seguiremos relatando hechos fatales, por ejemplo, de algunos corresponsales de medios nacionales o extranjeros “importantes” que, igual, muchos están tan desprotegidos como un periodista local.

Todos los sectores sociales, productivos y políticos de todo el mundo funcionan más o menos bien o más o menos mal con reglas de juego.

¿Es posible construir reglas de juego claras en el periodismo chiapaneco, en donde podamos decidir por un mejor futuro laboral?.

No nos olvidemos que somos mortales y que no hay día para morir o para tener un accidente o una enfermedad grave.

Tony Guillén Albores
Madrid, España